domingo, 26 de abril de 2009

“LA ESCUELA ESPECIAL EN LA BÚSQUEDA DE UNA NUEVA IDENTIDAD”

La presente investigación indaga acerca de la importancia de describir a partir de los nuevos Paradigmas una nueva identidad de la Escuela Especial.
En los años de experiencia en la Escuela Especial, y conociendo otras instituciones que he recorrido por diferentes circunstancias, he visualizado el trabajo del docente con el niño y en muchos casos se me ha presentado la duda sobre ¿cuál es esa delgada línea que hace que estos alumnos estén aprendiendo acá y no en una escuela común? Y tal vez ésta sea el punto de partida por donde comienza a transitar en uno el sentido de la duda, que lo lleva a no sentirse tan convencido de lo establecido.
Otro nuevo interrogante que me surge es la posibilidad que brinda la Estimulación Temprana y observar cómo desde hace varios años en muchos niños se observan importantes avances tanto en su desarrollo individual como así también en la interrelación familiar, de allí la pregunta:
¿La Escuela Especial se abre a otros ámbitos brindando diferentes oportunidades a esos sujetos para lograr un niño con deseos de ser protagonista de sus propios aprendizajes y de su propia vida?
Me planteo, sí a los jóvenes que transitaron por años los niveles de escolaridad especial y llegaron a su etapa laboral, se les pide, den muestras ante el mundo del trabajo de sus posibilidades de adaptación no solo laboral sino social, porque se los formo para que se integren, se espera respondan satisfactoriamente. Ahora, la Escuela Especial ¿puede formar para integrar solamente desde ese contexto, con formas que le son propias pero que no concuerdan con pautas sociales establecidas y comunes? ¿El sujeto puede acomodarse al ámbito del trabajo sino tuvo antes la posibilidad de interactuar a otros niveles?
Las expectativas puestas en los sujetos necesariamente deben cambiar desde las acciones a llevarse a cabo, por lo que creo que solamente realizando este cambio fundamental; desde una mirada cargada de limitaciones hacia una mirada cargada de posibilidades por concretarse es que la Escuela Especial empieza a revertir acciones y nunca antes. Digo esto porque hoy ya nadie discute los efectos positivos de la integración y muchas escuelas especiales dicen sentirse presionadas por diferentes sectores a llevarles adelante, pero esta acción por la acción misma es más peligrosa que el no innovar ya que la acción cuando no tiene respaldo teórico sucumbe ante las primeras dificultades.
En este “sentido”, pensar que tal vez muchos de los adultos de hoy no aprendieron a leer y a escribir no porque no tuvieran el potencial para hacerlo sino porque internamente los docentes conservaron paradigmas en los cuales no cabía esta posibilidad en esos chicos.
Por lo tanto, una institución con deseo de cambiar debe primeramente repensar que no puede tener una alternativa única para toda la población sino desarrollar una diversidad de proyectos para favorecer diferentes respuestas a las necesidades de los niños y jóvenes que las requieran cualquiera sea su ámbito de acción. En este aspecto es cuando las respuestas hay que buscarlas en un “afuera”, reconocer en el entorno todas las alternativas de intervención y los profesionales de la Educación Especial sean verdaderos mediadores entre el niño y las actividades comunes.
La Educación Especial puede brindar sus servicios en los ámbitos comunes como facilitadotes de la escolaridad común, articulándose con los conocimientos y códigos apropiados de la Educación General, y ese es otro paso importante en el cambio que se puede intentar construir.
Partiendo de la función y sentido de la Escuela Especial se comprenderá el proceso histórico y me pregunto ¿qué podemos esperar de ella? ¿Qué desearíamos esperar de ella?
Considero que la Escuela Especial que hoy tenemos, no debería existir; pues se ha perdido el sentido por la que fue creada, ser en primer lugar una escuela, es decir el lugar donde se transmiten, desde la sistematización y de acuerdo a las teorías, los saberes científicos imperantes en la cultura teniendo en cuenta el rol que debe asumir la Educación Especial y los especialistas que en su ámbito trabajan.
Al referirme a la Educación Especial como una rama de la educación, como un subsistema ante la necesidad de dar “respuesta” a aquellos niños que se alejaban de los parámetros educativos considerados como “normales”, los que se vieron influenciados por un modelo “psicométrico”. Los alumnos fueron categorizados por su bajo rendimiento, lo que fue instalando la tendencia a trabajar sobre el déficit y no sobre las potencialidades de los niños.
A veces cuando hablo de Educación Especial, sin hacer un profundo análisis presupongo la existencia de unos principios normativos que rigen la educación general y otros a la educación especial. Por tanto parto de un problema en nuestra propia concepción, problema que tenemos que resolver ya que éste se encuentra en la propia raíz de la Pedagogía y no en la especificidad de nuestra campo de conocimiento; o sea; en las normativas universales de la Pedagogía. El origen de la cultura de la diversidad frente a la cultura de la discapacidad radica en saber resolver adecuadamente este problema. Tal vez desde la Educación Especial exigirle a la Pedagogía para que sea ella la que cambie las normativas generales y contemple dentro de sí la singularidad, la identidad, la diversidad de sujetos de aprendizaje y no los excluya. Me refiero específicamente a la Pedagogía de la complejidad y esta es la que en forma flexible debe adaptarse a las necesidades educativas especiales. Concretamente no hay una pedagogía sino varias pedagogías para lograr esto
Como profesional me planteo que debería comenzar a hablar de Educación y no de Educación Especial ya que esto me permite situarme en conocer los procesos de enseñanza y de aprendizaje, ya que si bien reconozco que existen personas que por una u otra causa suelen presentar modos y ritmos diferentes de adquirir, de organizar o de responder a la información que le llega, pero lo que no podemos aceptar es que esto sea entendido con una dificultad para aprender.
Desde esta perspectiva cabe considerar que no es pertinente hablar de una Educación General y una Educación Especial porque la Educación es “una”, que da cuenta en su universo de todos los sujetos de educación
Si bien en las últimas décadas se han producido numerosos e importantes cambios en las políticas educativas respecto de las personas con discapacidad, aún subsisten algunas situaciones desfavorables que obstaculizan el logro de una participación, lo que impacta negativamente tanto sobre las personas con discapacidad como sus familias.
En este contexto, la educación no es ajena por lo cual debe plantearse su accionar dentro de una planificación global y coordinada de acciones con la participación y el apoyo de toda la comunidad.
Con el objeto de lograr mayores oportunidades de acceso a la Educación de todos los niños y jóvenes con necesidades educativas especiales, deberán promoverse acciones enmarcadas en conceptos claros y comunes que propicien cambios positivos, acompañando la transformación del sistema educativo general.
Para ello deberá generarse un plan de acción consensuado con los organismos públicos y privados de manera que se asegure desde la educación el pleno desarrollo de las potencialidades de las personas con discapacidad, el respeto por sus derechos y con todo ello su calidad de vida.
El contenido de esta decisión señala que, al ofrecer iguales posibilidades de educación escolar y la misma capacidad de aprendizaje, para todos, los hombres tendrían una base de conocimientos que les serviría para desempeñarse en la vida futura. Democratizar la escolaridad significa dar las mismas oportunidades a la población a partir de garantizar el acceso a formas equitativas y diversas de educación.
Esto me lleva a pensar hasta aquí cuántas veces repito en mis ofertas educativas este concepto de igualdad de oportunidades y aún así aplico en mis prácticas conceptos homogeneizadores no sólo desde la propuesta pedagógica sino desde la didáctica.
En los años sesenta y setenta del siglo XX cuando las distintas “Teorías críticas de la educación” concluyen que todos los sujetos tendrían acceso a la escolarización, aun en los países más desarrollados, el sistema educativo no logro realizar este ideal debido a los procesos de segregación dentro y fuera del mismo.
Esta situación pone en evidencia la fragilidad del concepto “igualdad de oportunidades”, el cual es reemplazado, por parte de la pedagogía por el concepto de “equidad”, por lo que pienso que la escuela no debe ofrecer igualdad de oportunidades sino oportunidades equivalentes. Si la propuesta de brindar igualdad de oportunidades educativas a todos los ciudadanos consideraba que las diferencias resultaban secundarias respecto de la especificidad genéricamente humana, la nueva corriente pedagógica de los ochenta tiene como eje el reconocimiento de la diversidad cultural y el multiculturalismo.
Históricamente el hombre ha buscado la solución a situaciones críticas a través de la construcción de nuevos paradigmas tendientes a lograr una sociedad con opciones más justas.
Hoy, los paradigmas de integración, derechos humanos, equiparación de oportunidades, autodeterminación y calidad de vida representan un avance para alcanzar aquellos objetivos.
Es indudable que los derechos humanos, respecto de la discapacidad influyen en el desarrollo de políticas integradoras. Políticas que hagan posible el ejercicio de los deberes y derechos como ciudadanos, la democratización a partir de estrategias basadas en la autodeterminación, el reconocimiento mutuo y la interdependencia así como la aplicación de diversos modelos de desarrollo comunitario resultan imprescindibles.
El análisis de las políticas y las prácticas que subyacen a los procesos de integración e inclusión de las personas con discapacidad resulta una tarea ineludible para afrontar el cambio social que se requiere para ello.
Las políticas intersectoriales procuran beneficios sociales para las personas con discapacidad a través de la legislación, los programas y los foros internacionales, por lo tanto no debo soslayar que esto debe darse dentro de las propuestas de la realidad actual de nuestros contextos.
Actualmente me enfrento a la disyuntiva que implican las políticas integradoras, que muchas veces se manifiestan y en las consecuentes prácticas dónde éstas no se ajustan a los tiempos producen una brecha que provoca incertidumbre, descreimiento y conflictos. Por eso cuando me refiero a la Equiparación de Oportunidades, Integración, respeto por las diferencias y la diversidad, debo tener en cuenta que se trata de un fenómeno complejo que implica relaciones interpersonales, pero fundamentalmente un proceso de base política, de participación social , y de desarrollo cultural.
Para desarrollar esta investigación empírica basada en fenómenos observables de la realidad, en mi experiencia con sujetos con discapacidad mental abordaré la misma con un criterio constantemente objetivo eliminando las preferencias personales y los juicios de valor; cumpliendo con el propósito fundamental de producir conocimiento y teorías (investigación básica) y resolviendo problemas prácticos (investigación aplicada).