viernes, 16 de octubre de 2009


Taller de capacitación en eColor del textol reciclado de residuos electrónicos
Cuando la esperanza se hace tangible

Desde hace poco más de un año en la escuela Santa Mónica de la ciudad de San Lorenzo, funciona un taller de reciclado de desechos electrónicos, destinado a la inclusión socio laboral de jóvenes con discapacidad intelectual y a estudiantes secundarios con dificultades socioeconómicas. Herramientas en mano, alumnos, docentes y coordinadores ratifican que es posible construir posibilidades en el marco de la libertad y el respeto de las diferencias.

Llego a las apuradas a San Lorenzo, camino pocas cuadras hasta el colegio Santa Mónica. A cada paso constato que los tiempos de los colectivos pocas veces coinciden con nuestros planes. Esperaba particularmente que llegara el jueves para meterme en el corazón de esta historia, para ver cómo se realiza el reciclado de desechos electrónicos, en el marco de un proyecto de integración de jóvenes con discapacidad intelectual. Me apuro y por suerte llego a tiempo.

Apenas entro, el taller me deslumbra: la disposición del espacio, de las herramientas y en especial, el clima de trabajo. La escena es como una composición de la esperanza, una imagen nítida de ese otro mundo posible que tanto anhelamos; allí se hace tangible aquella realidad basada en las posibilidades, la libertad y el respeto de las diferencias.

Hoy son cerca de diez los alumnos presentes, ya conocen el proceso de reciclado de las PC, me muestran lo que están haciendo y se pone en movimiento la palabra: “En la clase de hoy desarmamos fuentes e impresoras”, dicen José y Jonatan, a un costado, Brian asiente con la cabeza. “Se desarma parte por parte. Con la seño le sacamos la mugre a los teclados tecla por tecla”, explica Selva con admirable paciencia.

Y donde hay adolescentes hay bochinche, nacen sueños, amores y con ellos siempre está la música, mientras trabajan corean dame más gasolina... junto al puertorriqueño Daddy Yankee, y explican: “Para limpiar los teclados usamos un cepillo y le pasamos un trapo con un líquido de color azul, usamos guantes, antiparras y guardapolvos”, señalando unos guantes baqueteados que parecen hablar por sí mismos.

Hace poco más de un año que la escuela para chicos especiales Santa Mónica, puso en marcha el taller de capacitación en el reciclado de residuos electrónicos, destinado a jóvenes de 14 a 18 años. Contempla por un lado el manejo sustentable de la “basura electrónica”, derivada puntualmente de computadoras en desuso, y por otro la inclusión laboral tanto de jóvenes con discapacidad intelectual y de estudiantes de escuelas secundarias de la zona que tengan dificultades socioeconómicas.

El proyecto se está realizando vía el Centro Fransciscano de Estudios y Desarrollo Regional, que pertenece a la Universidad Católica Argentina (UCA), cuenta con la coordinación técnica del Nodo Tau y con el financiamiento del Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET). “La experiencia es muy enriquecedora porque aprendés clase a clase con ellos y descubrís que vale la pena, porque avanzan un montón en sus habilidades. Demuestran mucho entusiasmo”, opina Melina Dachesky, integrante del equipo de coordinación del taller, junto con Eduardo Rodriguez y Santiago Costa, todos pertenecientes al Nodo Tau.

En este mismo sentido Eduardo define a la experiencia como muy buena: “y en esto entra la gratificación que se tiene al hacer este trabajo y ver como los chicos con capacidades diferentes se apropian de nuevos conocimientos. A la vez es desafiante porque el trabajo requiere buscarle otras vueltas al modelo de enseñanza para lograr la apropiación del saber en este entorno”, expresa Rodriguez aclarando que el equipo habitualmente realiza capacitaciones en una escala más casera. “Aquí tenemos un taller que quiere ser un planta piloto, y la escala cambia, hay que revisar e implementar nuevos procesos”, señala.

Proceso de aprendizaje
La capacitación incluye varios ejes, que van desde el reconocimiento de las partes de una computadora, de los residuos electrónicos y de su posible tratamiento sustentable, al reacondicionamiento de las máquinas y la gestión de una empresa social y cooperativa. Todo el proceso de trabajo se desarrolla de acuerdo a las capacidades de los alumnos: “el taller es muy grande, nos organizamos en dos grupos. Primero trabajan lo práctico, que es el desarmado, la identificación de las partes, de las herramientas y de los elementos de seguridad. En una segunda instancia hacemos un trabajo escrito en relación a la tarea realizada, volcamos los conocimientos, se fijan las cosas y procesos que se van realizando”, nos cuenta Patricia Vivas, docente de la institución.

Por su parte, con respecto al desarrollo del taller, José Luis Ceriotti, representante legal del Santa Mónica opina que el proceso de capacitación resultó más largo de lo que esperaban, lo atribuye a las características de los jóvenes participantes y a la falta de práctica institucional al respecto. “Fue un aprendizaje para todos. Hasta ahora muy pocas máquinas han hecho el proceso completo. Hemos entregado algunas computadoras recicladas a escuelas del norte, a la Escuela Bilingüe Intercultural Cacique Pelayo, de Fontana (Chaco) y al Instituto San Francisco, de Laishi (Formosa)”, sostiene José Luis.

Dentro de la riqueza del proceso de trabajo, Eduardo Rodríguez de Nodo Tau, asegura que hay mucho por revisar y modificar: “Todavía estamos en pañales en los vínculos interinstitucionales, un poco por lo incipiente del trabajo. También debemos avanzar más en la gestión de los recursos dado que todavía por diversos motivos, entre ellos la falta de espacio de almacenamiento, no hemos logrado un flujo de materiales continuo para procesar”.

Haciéndole frente al desempleo
La situación de desempleo por la que atraviesan más del 90 por ciento de las personas con discapacidad deja a la vista parte de los mecanismos de exclusión vigentes en nuestro país. Más allá de que la legislación contemple cupos para su integración, la realidad nos muestra otra cosa. Según el relato de José Luis Ceriotti, actualmente uno de los pocos espacios de trabajo para las personas con discapacidad, que funciona de manera regular son los Talleres Protegidos, allí se realizan distintos tipo de producciones, aunque por fuera del mercado de trabajo formal.

“En la escuela brindamos formación laboral desde hace veinte años, también se hacen pasantías en empresas con cadeterías, en supermercados. Es muy variado y personalizado, de acuerdo a las características de los alumnos, los talleres de formación internos de la escuela son para formar conductas laborales que puedan ser aplicadas a distintos contextos, después para cada alumno se piensa una propuesta. De todos los alumnos egresados, la escuela tiene 40 años, sólo dos o tres han ingresado en el mercado formal de trabajo. La inserción laboral es casi imposible para un chico con discapacidad intelectual”, explica José Luis.

Y esta dolorosa realidad, por cierto invisibilizada, expone parte de nuestras miserias sociales, nos interpela en torno a lo mucho que aún tenemos por andar para la concreción de la inclusión de la diversidad.

Tratando de echar luz a la situación de desempleo, el último eje del Taller de capacitación en el reciclado de residuos electrónicos precisamente apunta a la formación de grupos cooperativos de trabajo. Dicha etapa, que aún no se ha desarrollado, hoy por hoy ocupa la atención de todo el equipo, así como la gestión de financiamiento para continuar con este luminoso proyecto que a cada paso abre posibilidades de desarrollo y hace tangible las esperanzas que nos sirven para caminar.

Contactos:
Tel. 03476 – 425134
mail: recicladopc@tau.org.ar


domingo, 27 de septiembre de 2009

EQUIPO HOYT

El Padre mas Fuerte del Mundo, Team Hoyt (equipo Hoyt).

Hola amigos, sin palabras me quede al ver este video, sinceramente es mucho, pero mucho lo que el amor de un Padre puede hacer por sus hijos, desde que inicio el video se me hizo un nudo grande en la garganta, gracias Equipo Hoyt por mostrarnos la grandeza de DIOS y por demostrarnos que nada es imposible, y que el Amor todo lo puede.










Dick y Rick Hoyt son un equipo padre-hijo de Massachusetts quienes juntos han competido continuamente en maratones. Y si no están en una maratón, están en una triatlón - esa combinación casi sobrehumana de 26.2 millas de carrera a pie, 112 millas de recorrido en bicicleta y 2.4 millas de nado. Juntos han escalado montañas, y un vez caminaron 3,735 millas (6,010.88 km) cruzando los Estados Unidos. Es un gran record de esfuerzo, aún más si consideramos que Rick no puede caminar ni hablar. Durante los últimos 20 años, Dick, de 65 años, ha empujado y jalado a su hijo por todo el pais, pasando sobre cientas líneas de meta. Cuando Dick corre, Rick esta en una silla de ruedas que Dick va empujando. Cuando Dick va en bicicleta, Rick están en un asiento especial sujeto al frente de la misma. Cuando Dick nada, Rick esta en una pequeña pero pesada balsa, estabilizada firmemente, que es jalada por Dick. Cuando nació Rick, en 1962, el cordón umbilical se enrolló alrededor de su cuello y cortó el flojo de oxígeno a su cerebro. A Dick y a su esposa, Judy, se les dijo que no había esperanza de que su hijo se desarrollara. “Ha sido una historia de esfuerzo desde que nació”, me dijo Dick. “Caundo tenía 8 meses, los doctores nos dijeron que deberíamos sacrificarlo, que estaría en estado vegetal toda su vida, ese tipo de cosas. Bueno, esos doctores ya no están vivos ahora, me gustaría que pudieran ver a Rick ahora”. La pareja llevó a su hijo a casa con la determinación de criarlo de la manera más “normal” posible. En cinco años, Rick tuvo dos hermanos menores, y los Hoyt estaban convencidos de que Rick era tan inteligente como sus hermanos. Dick recuerda su lucha para hacer que las autoridades de la escuela local lo entendieran: “Como no podía hablar, pensaron que no sería capaz de entender, pero eso no era cierto”. Estos padres dedicados le enseñaron a Rick el alfabeto. “Siempre quisimos incluir a Rick en todo, por eso quisimos que vaya a la escuela pública”. Un grupo de ingenieros de la universidad de Tufts llegaron al rescate, una vez que vieron algunas pruebas claras de las habilidades de comprensión de Rick. “Le contaron un chiste, y Rick se amtó de la risa” cuenta Dick, “Ellos entendieron que podía comunicarse!”. Los ingenieros entonces iniciaron la construcción de una computadora interactivaque le permitiría a Rick escribir sus pensamientos usando los ligeros movimientos de su cabeza que podía dominar (para esto utilizaron US$5000 que la familia logró juntar en 1972). Un cursor se movía por una pantalla llena de filas de letras, y cuando el cursor alumbraba la letra que Rick quería, el apretaba un switch con la parte lateral de su cabeza. cuando trajeron la computadora por primera vez a casa, Rick sorprendió a su familia con su primera “palabra hablada”. Ellos esperaban un “Hola Papá” u “Hola mamá”, pero Rick escribió “Vamos Bruins!” Los Boston Bbruins estaban en las finales de la Copa Stanley esa temporada, y la familia se dio cuenta de que él había estado siguiendo los juegos de hockey al igual que el resto. “Así aprendimos que a Rick le gustaban los deportes”, cuenta Dick. En 1975, Rick fue finalmente admitido en una escuela pública. Dos años después, le dijo a su padreque quería participar en una carrera benéfica de 5 milllas para un jugador de lacross local que se habpia quedado paralítico en un accidente. Dick, quien definitivamente no era un corredor de distancias, aceptó empujar a Rick en su silla de ruedas. Terminaron al lado del último, pero sintieron que habían logrado un triunfo. Esa noche, Dick recuerda: “Rick nos dijo que no se había sentido como un discapacitado mientras competía”. Este descubrimiento de Rick se transformó en un nuevo horizonte abierto para él y su familia, y así el “Equipo Hoyt” empezó a competir en más y más eventos. Rick me habló sobre el proceso de transformación utilizando su ya familiar, pero dolorosa, técnica de seleccionar letras del alfabeto: “Lo que quiero decir cuando digo que no me siento discapacitado cuando compito es que soy como cualquier otro atleta, y creo que muchos otros atletas se sienten de la misma manera. Al inicio nadie me hablaba. Sin embargo, después de unas cuantas carreras, algunos atletas se me acercaban y empezaban a hablarme. Durante los primeros días, un corredor, Pete Wisnewski, hacía una apuesta conmigo en cada carrera sobre quien de los dos ganaría. El perdedor colgaría el número del ganador en su cuarto hasta la siguiente carrera. Ahora muchos atletas se me acercan antes de las carreras o triatlones para desearme suerte” Es dificil imaginar la resistencia que encontraron los Hoyt al inicio, pero la actitud cambió cuando entraron a la Maratón de Boston en 1981, y terminaron en el primer cuarto del campo. ”Nadie quería a Rick en una carrera de caminos. Todos nos miraban, nadie nos hablaba, nadie quería tener nada que ver con nosotros. Pero no los culpaba, la gente normalmente no esta educada, y nunca habpían visto nadie como nosotros. Sin embargo, con el paso del tiempo, se dieron cuenta de que era una persona como cualquier otra. Además, él tiene un gran sentido del humor.” Después de 4 años de maratones, el equipo Hoyt intentó su primera triatlón, por lo que Dick tuvo que aprender a nadar. “Me hundí como piedra al inicio”, recuerda Dick sonriendo, “y no me había subido a una bicicleta desde que tenía 6 años.” Con una bicicleta adaptada para cargar a Rick en el frente, y un bote atado a la cintura de Dick mientras nadaba, los Hoyt llegaron segundos - contando desde el último, jejeje - en la competición que se llevó a cabo el día del Padre en 1985. “Ese fue mi regalo de Día del Padre de Rick”, dice Dick Desde esos días continuan compitiendo, en casa y en el extranjero. Generalmente tratan de mejorar sus tiempos de llegada. “Rick es el que me inspira y motiva por la manera en que ama competir y los deportes”. Rick contesta diciendo: “Mi padre es mi modelo a seguir. Una vez que se decide a hacer algo, hace lo posible por lograrlo, no importa que sea. Por ejemplo, cuando decidimos participar en un triatlón, papá entrenó, hasta 5 horas al día, 5 veces a la semana, incluso cuando estaba trabajando”. Los Hoyt pueden ver el efecto que causan en discapacitados, por las actitudes de las personas hacia los discapacitados física y mentalmente. “Eso es grandioso” dice Dick, “la gente tan solo necesita ser educada. Rick esta ayudando a muchas otras familias en su lucha por ser incluidas en la sociedad”. Claro que no todos los obstáculos han desaparecido para los Hoyt. A Dick aún le “molesta” cuando la gente se incomodaporque Rick no puede controlar completamente su lengua cuando come. “En los restaurantes, mayormente la gente mayor, se retiran cuando ven la comida de Rick salir por su boca, o se cambian de mesa. Pero debo decir que ese tipo de intolerancia esta siendo vencida gradualmente”. Otros logros de Dick, además de los deportivos, incluyen su ingreso a la Universidad de Boston, de donde se graduó en 1993 con un grado en educación especial. A eso le siguió, unas semanas después, el ingreso a otra maratón en Boston. “El día de la maratón de Boston, en el camino había gente con letreros que decían: Felicidades por tu graduación!!!” Rick ahora trabaja en el laboratorio de computación de la escuela de Boston ayudando a desarrollar un sistema llamado “Ojos de Águila” mediante el cual objetos mecánicos (como una silla de ruedas) podrán ser controlados por una persona paralítica mediante el movimiento de sus ojos. Juntos, los Hoyt no solo compiten en maratones, sino que también acuden a tours de charlas motivacionales, difundiendo su inspiración a todo tipo de audiencias en todo el país. Rick confía en que su visión - y la dedicación de su padre - son una fuerza a valorar en un mundo que muchas veces divide y excluye. Finalmente Rick dijo: El mensaje del equipo Hoyt es que cada uno debe ser inlcuido en la vida diaria”.

HISTORIA DE VIDA

viernes, 11 de septiembre de 2009

INCLUSION

jueves, 27 de agosto de 2009

Hay heridas que no cierran y que duelen cada día más ante la falta de justicia. El 18de julio de 1994 se produjo el mayor ataque terrorista de la historia argentina. El atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) también supuso el mayor ataque contra el pueblo judío desde la Segunda Guerra Mundial.

Una camioneta blanca cargada de explosivos estalló frente a la puerta de la AMIA a las 9:53 horas del mencionado día y se llevó la vida de 85 personas. Han pasado más de quince años y todavía no se sabe con precisión quiénes fueron los culpables. Se habla del movimiento libanés Hezbolá, del apoyo del gobierno de Irán, de una supuesta participación siria y, por supuesto, de complicidades locales. Pero la injusticia sigue latente.


La respuesta a tanta barbarie sólo puede llegar a través de un tribunal y, por supuesto, nunca compensará el dolor. Mientras se espera (y se exige) la llegada de ese momento, el séptimo arte intenta aportar sus reflexiones sobre la tragedia. El cineasta Marcos Carnevale, responsable de películas como Tocar el cielo y Elsa & Fred, encontró una forma de canalizar sus sentimientos a través de Anita, un filme que se estrenará el próximo jueves en la cartelera argentina.

La protagonista de la cinta es Alejandra Manzo, debutante en la gran pantalla. Se trata de una actriz de 36 años que tiene Síndrome de Down. La acompañan notables figuras del cine argentino, como Norma Aleandro, Leonor Manso y Luis Luque.

Manzo interpreta a Anita, una joven que vive junto a su madre en el barrio porteño de Once. Cuando el 18 de julio del ’94 se produce el atentado, su vida cambia para siempre, aunque ella no logré entender qué fue lo ocurrido. Sólo sabe que su mamá salió a hacer trámites y que la Tierra, de pronto, empezó a temblar. Asustada, decide salir de su casa y se pierde en medio de la odisea.



La analogía está clara: Anita no es la única que no entiende por qué pueden ocurrir cosas como las sucedidas en la AMIA. Carnevale confiesa a La Nación su preocupación “básica y hasta ingenua” de no comprender por qué, en pleno siglo XXI, “el hombre sigue matando al hombre”. El director, que asegura que trató de no retratar con sus personajes al judío estereotipado, considera que explicar los grandes crímenes a partir de razones políticas, religiosas o económicas es una equivocación.

Carnevale destacó que, en cierta forma, Anita muestra una “capacidad superior” ya que se adapta a diversas circunstancias y entornos mientras que la gente con supuestas capacidades normales sufre “ataques de pánico” y requiere de “psicoanálisis” para hacer frente a aquello que no comprende, según reproduce MDZ Online.

Aunque aún resta conocer las opiniones del público y de la crítica, Anita ya ha despertado elogios. La Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires declaró a la película de Interés Social por contribuir a la integración social de las personas con discapacidad

PELICULA "ANITA"

viernes, 14 de agosto de 2009

INTELIGENCIAS MÚLTIPLES